Nutrición y energía: lo que comes influye en cómo entrenas

La relación directa entre alimentación consciente y rendimiento físico
Introducción
Todos hemos escuchado la frase “somos lo que comemos”, pero cuando se trata de entrenamiento físico, esta afirmación cobra un significado aún más profundo. La alimentación no solo es el combustible que mueve tu cuerpo, también es el eje sobre el que se construyen la recuperación muscular, el rendimiento energético, la claridad mental y, en definitiva, tu progreso.
En El DOJO, entendemos el bienestar como una práctica integral. Por eso, más allá de rutinas exigentes y entrenamientos inteligentes, creemos que es fundamental prestar atención a lo que sucede fuera del gimnasio —y en especial, a lo que sucede en tu plato. Alimentarse con intención y conciencia es clave para lograr objetivos sostenibles, evitar lesiones y desarrollar una relación saludable con el cuerpo.
Este artículo explora cómo la nutrición impacta directamente en tu energía y desempeño físico, qué comer antes, durante y después de entrenar, y cómo adoptar hábitos alimenticios que potencien tus resultados sin caer en extremismos. La idea no es seguir reglas rígidas, sino comprender cómo responder de forma inteligente a lo que tu cuerpo necesita.
Desarrollo
1. Alimentación y energía: una relación biológica directa
El cuerpo humano necesita energía para moverse, y esa energía proviene de los alimentos. Lo que comemos se transforma en combustible a través de complejos procesos metabólicos que involucran principalmente tres macronutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas.
- Los carbohidratos son la principal fuente de energía inmediata. Durante entrenamientos de alta intensidad, el cuerpo recurre al glucógeno (la forma en que almacena los carbohidratos) para mantener el rendimiento.
- Las proteínas son esenciales para la construcción y reparación de los tejidos musculares. No son la fuente primaria de energía, pero sin ellas no hay regeneración ni progreso físico.
- Las grasas saludables aportan energía sostenida, especialmente en actividades de baja o moderada intensidad y en entrenamientos prolongados.
Si la alimentación es insuficiente, desequilibrada o no sincronizada con tu actividad física, lo más probable es que sientas fatiga, falta de concentración, estancamiento en tu progreso o incluso lesiones por recuperación deficiente. Por eso, nutrirse adecuadamente no es opcional: es estratégico.
2. ¿Qué comer antes de entrenar?
El objetivo principal de la comida previa al entrenamiento es proporcionar energía y evitar la fatiga temprana. Aquí, la clave es el timing y la elección de los nutrientes.
Recomendaciones generales:
- De 1 a 3 horas antes del entrenamiento: una comida balanceada que incluya carbohidratos complejos, proteínas y algo de grasa saludable.
- Ejemplo: arroz integral con huevo y aguacate, avena con fruta y yogur griego, batido de plátano con proteína vegetal.
- Ejemplo: arroz integral con huevo y aguacate, avena con fruta y yogur griego, batido de plátano con proteína vegetal.
- 30 a 45 minutos antes del entrenamiento: si no alcanzaste a hacer una comida completa, opta por un snack ligero con carbohidratos de absorción media y poca grasa.
- Ejemplo: una banana, una tostada de pan integral con miel, una barra energética natural.
- Ejemplo: una banana, una tostada de pan integral con miel, una barra energética natural.
Evita alimentos ultraprocesados, con alto contenido de azúcar o grasas trans. Aunque pueden ofrecer energía rápida, suelen provocar picos de glucosa que se traducen en caídas energéticas justo cuando más necesitas sostener el rendimiento.
3. Nutrición intra-entrenamiento: ¿es necesaria?
No todas las personas necesitan consumir alimentos durante el entrenamiento. Esta recomendación aplica principalmente para:
- Entrenamientos que duren más de 90 minutos.
- Actividades de resistencia o alta intensidad prolongada (como ciclismo, running, cross-training).
- Climas extremos o alta sudoración.
En estos casos, se recomienda:
- Hidratación constante con agua o bebidas isotónicas.
- En algunos casos, snacks rápidos como frutas deshidratadas, geles energéticos naturales o una bebida con electrolitos y carbohidratos.
Mantener un nivel adecuado de hidratación y electrolitos no solo mejora el rendimiento, sino que también previene calambres, descompensaciones y fatiga prematura.
4. ¿Qué comer después de entrenar?
El post-entrenamiento es tan importante como la preparación. Aquí, el cuerpo necesita:
- Reponer el glucógeno muscular.
- Reparar el tejido muscular dañado.
- Rehidratarse y equilibrar los niveles de electrolitos.
Recomendaciones:
- Consumir alimentos dentro de los 30 a 60 minutos posteriores al entrenamiento.
- Priorizar una combinación de carbohidratos y proteínas, con un enfoque más bajo en grasas (para no ralentizar la absorción).
Ejemplos de snacks o comidas post-entrenamiento:
- Batido de proteína con fruta.
- Quinoa con vegetales y tofu o pollo.
- Arepa con huevo y vegetales.
- Ensalada con legumbres y pan integral.
Este momento es clave para estimular la síntesis proteica, acelerar la recuperación y preparar al cuerpo para el próximo esfuerzo. Saltarse esta comida puede tener un impacto negativo en el progreso físico.
5. Alimentación consciente para entrenar mejor
No se trata solo de qué y cuándo comer, sino de cómo te relacionas con los alimentos. La alimentación consciente propone:
- Escuchar las señales reales de hambre y saciedad.
- Comer sin distracciones.
- Elegir alimentos que nutran y energicen, no solo que llenen.
- Evitar el comer emocional, restrictivo o automático.
Este enfoque genera una conexión más profunda con tu cuerpo, fortalece la percepción de bienestar y reduce el estrés relacionado con la comida. Un cuerpo bien alimentado y una mente en equilibrio entrenan mejor, rinden más y disfrutan más del proceso.
6. Mitos comunes sobre nutrición y entrenamiento
En el entorno del fitness circulan muchas creencias que pueden obstaculizar una nutrición efectiva. Desmentimos algunas:
- “Comer carbohidratos engorda.”
FALSO. Los carbohidratos son esenciales para entrenar. Lo importante es la calidad (integrales, no refinados) y la cantidad, ajustada a tu gasto energético. - “No comer después de las 6 p.m.”
FALSO. Lo que importa no es la hora, sino el balance calórico y nutricional total del día. - “La proteína en polvo es mala.”
FALSO. Las proteínas en polvo de buena calidad son una herramienta útil para quienes no alcanzan los requerimientos proteicos solo con alimentos. - “Si no sudas, no sirve.”
FALSO. El sudor no determina la efectividad del entrenamiento ni del gasto calórico. Lo importante es la calidad del movimiento y el equilibrio nutricional.
Cierre
En El DOJO no concebimos el rendimiento físico como un fenómeno aislado. Cada repetición, cada levantamiento, cada movimiento exige un respaldo invisible pero determinante: la nutrición. Lo que comes condiciona tu energía, tu enfoque, tu recuperación y, en última instancia, tus resultados.
No se trata de comer más, ni de seguir dietas de moda, sino de comer mejor y con propósito. Escuchar a tu cuerpo, nutrirte de forma consciente y alinear tu alimentación con tus metas es una forma poderosa de tomar el control de tu bienestar.
Recuerda: alimentarte bien es entrenar mejor. Y en El DOJO, te acompañamos en ambos caminos.